Para democratizar el acceso a los sistemas de seguridad en smartphones en América Latina se necesita de innovación y colaboración
Por Mario Laffitte, VP Samsung Latinoamérica
En un pasado no muy lejano, preocuparse por la seguridad de un teléfono móvil era sinónimo de prevenir hurtos o, únicamente limitar y monitorear el acceso de niños y adolescentes a contenidos no aptos para su edad o a las redes sociales.
Con el paso de los años estos dispositivos, cada vez más tecnológicos, utilitarios y esenciales, se han convertido en mucho más que simples herramientas de comunicación y son utilizados de manera masiva para la realización de importantes transacciones, como operaciones financieras. En la palma de la mano y en el bolsillo, los usuarios llevamos a diario un instrumento híbrido que es, una extensión de nuestra computadora personal y una billetera digital, todo al mismo tiempo.
Desde el comienzo de la pandemia, el uso de los dispositivos móviles se ha transformado y, ahora son utilizados tanto para fines personales como profesionales. El trabajo remoto, las transacciones de banca digital, el comercio electrónico, las citas médicas virtuales, las reuniones y los congresos son algunos ejemplos de los diversos usos que se les dan a los móviles. Todas las actividades en las que predominaba el contacto personal ahora se ofrecen parcial o totalmente en el entorno digital.
Dentro de este escenario de maximización del intercambio de datos en línea, la percepción de seguridad de los usuarios también se ha transformado. El informe global Authenticity Gap, elaborado por la agencia FleishmanHillard, establece una similitud entre los temas más importantes para los consumidores y los temas sobre los que ellos esperan acciones efectivas por parte de las empresas.
La seguridad con un 57% y la privacidad de los datos con un 55%, encabezan la lista de los temas con mayor importancia y que fueron calificados por el público como extremadamente relevantes, por delante de temas como el acceso a los servicios de salud o el acceso a la educación.
Tomando en consideración los problemas para los que los consumidores esperan soluciones efectivas por parte de las empresas, la seguridad (48%) y la privacidad (47%), también ocupan las primeras posiciones, por encima de temas como el cambio climático o las diferencias de ingresos.
Estos índices reflejan el mayor temor de las personas en tiempos de incertidumbre, aunados a una creciente inquietud sobre cómo se gestionan, comparten y protegen los datos.
Innovación y colaboración
No habrá seguridad si no hay privacidad para el usuario, y no habrá privacidad sin seguridad más eficiente. Por eso, cada vez necesitamos más unir fuerzas con la comunidad digital para así garantizar la seguridad de nuestros usuarios.
Cuando hablamos de un ecosistema seguro, hablamos de servicios y herramientas creados en colaboración, concebidos con el objetivo de que la democratización llegue a todo un universo de usuarios.
Una de las grandes ventajas del ecosistema en el que operamos, es la construcción de la confianza a través de la colaboración abierta. Para lograr tal fin, hemos integrado a cientos de socios para estandarizar la seguridad del sistema. En Samsung, por ejemplo, trabajamos con académicos y piratas informáticos (White Hat) a través de nuestro Mobile Security Rewards. La apertura de este ecosistema nos ha llevado a mayores y más diversas prácticas de seguridad.
Y no se trata sólo del software. Vigilamos de cerca cada componente del procesador, desde los semiconductores internos hasta las aplicaciones que los usuarios utilizan. Eso es porque, a medida que el mundo se abre, hay nuevos riesgos a los que debemos estar atentos.
Por eso, recientemente subimos la valla al aislar la información más crítica – como PIN, contraseñas, datos biométricos, certificados digitales, claves criptográficas – del resto del dispositivo para garantizar que nunca caiga en manos equivocadas.
Si bien es cierto, una parte de las personas compra nuevos smartphones cada año, muchos conservan sus dispositivos por períodos más largos. Es por ello, que publicamos actualizaciones de seguridad por hasta cinco años después del lanzamiento de un dispositivo.
En este panorama de seguridad cibernética en constante cambio, las personas que desean usar sus smartphones durante el mayor tiempo posible, deben estar tan seguras como aquellas que adquirieron modelos recientemente lanzados.
La tecnología debe ayudar a romper barreras, brindarnos nuevas formas de expresarnos y, abrir nuestras vidas a las nuevas experiencias que anhelamos.
En Samsung, siempre buscamos mejorar no solo la experiencia que ofrecen nuestros productos, también, buscamos mejorar la seguridad y privacidad de nuestros usuarios. En nuestro último lanzamiento, que ocurrió el 10 de agosto en el Galaxy Unpacked, mostramos no solo cómo ampliar la experiencia del usuario a través de innovadores productos, sino también cómo hacerlo de forma segura.
Creemos que la responsabilidad de la industria, de proteger a los consumidores, no termina cuando un dispositivo está en manos de los usuarios, por lo que debemos otorgarles total control sobre sus datos. Al final del día, queremos que todos salgan por ahí, prueben cosas nuevas y se expresen libremente, sabiendo que siempre los apoyamos.