Salud, virtualización y seguridad de información personal / Por: Por Hugo Espinoza, Director Regional SAM de Citrix.

   Hugo Espinoza, Director Regional SAM de Citrix.

Uno de los mayores problemas en la entrega de servicios de salud en Latinoamérica, es que no existe un sistema interconectado de historiales médicos. Las fichas en papel se llenan desde cero cada vez que una persona asiste a un centro hospitalario distinto. Esto provoca demoras en el tiempo de atención y aumento en sus gastos de exámenes, por no mencionar otras posibles consecuencias aún más graves. 

Si queremos mejorar la gestión de salud, además de construir más y mejores establecimientos, es vital aumentar la disponibilidad de la información de cada paciente, de modo que su hoja de vida pueda ser compartida por todas las instituciones y especialistas. En otras palabras, terminar con las fichas en papel, digitalizar el historial médico y ponerlo a disposición de los especialistas, en el lugar donde se encuentren.

Esto potenciaría el servicio de los sistemas público y privado, y elevaría la calidad de atención a sus usuarios, mientras que los profesionales podrían trabajar de manera más rápida y eficiente. Imagínense lo que se podría lograr si tuviésemos un sistema interconectado de agendas e información de pacientes entre consultorios, clínicas y hospitales.

Para esto es necesario innovar en tecnología e implementar un potente Data Center virtualizado capaz de entregar aplicaciones y computadores de escritorio. A través de esta tecnología, todos los establecimientos de salud podrían centralizar los historiales clínicos de sus pacientes y enviar la información y los recursos cada vez que un médico los necesite.

Ahora, este gran cambio supone una gran interrogante: ¿Qué pasaría si mi información cae en malas manos? Las fichas médicas contienen datos muy sensibles para las personas. Allí se registran enfermedades y tratamientos que deben ser tratados confidencialmente. Por eso es que antes de pensar en que estén disponibles en línea y de manera universal, bajo riesgo de un ataque que las convierta en públicas, debemos proteger esa información y asegurar así la tranquilidad de millones de ciudadanos.

Las tecnologías de virtualización permiten implementar efectivas soluciones de protección de datos, encriptando la información de notebooks o dispositivos móviles, bloqueando los puertos de computadoras para los archivos marcados como confidenciales o no permitiendo su impresión o copia, entre otros. Los distintos perfiles de las personas que ingresan a los sistemas de información son administrados centralizadamente, garantizando que nadie que no esté autorizado tenga acceso.

Contar de forma segura con todos los datos necesarios para hacer un diagnóstico es clave. Más aún pensando que el 80% del trabajo clínico se realiza al lado del paciente. Así, es necesario disponer de tecnología capaz de entregar información oportuna a los médicos sobre el estado del paciente mientras hacen sus rondas. De esta manera ellos pueden definir un tratamiento más eficiente, con un importante ahorro de tiempo y garantizando confidencialidad a los usuarios.

La virtualización busca lograr una mejor gestión clínica aumentando la productividad de doctores y enfermeras, entregándoles un “Punto de Atención” (Point of Care) con alta disponibilidad, desde donde acceder a la información de cada enfermo, al costado de su camilla de atención.

En un futuro cercano podremos contar con un notebook por cama y más adelante, un iPad donde los profesionales de la salud tendrán mayor movilidad y un aumento de productividad. En Estados Unidos ya se están utilizando estos dispositivos y en un mediano o largo plazo nuestros sistemas de salud en la región podrían seguir ese mismo camino, siempre que exista la voluntad y los recursos. 

Para ello, es necesario que en el continente los ámbitos público y privado innoven e incorporen nuevas tecnologías, en la misión de entregar una atención de excelencia y promover el cuidado integral de la salud, con información segura y disponible de manera global.