Big data y economía, una relación que se afianza día a día / Por: Patricio Llaona, Marketing Manager Caribbean and Latin America de Teradata

Patricio LlaonaLa toma de decisiones económicas es sumamente compleja, ya que en ella intervienen una multiplicidad de factores, cuyas variables es necesario cruzar entre sí. Actualmente se efectúan en base al conocimiento que los expertos tienen del mercado, sumado a los indicadores numéricos que aportan las estadísticas. Pero imaginemos la posibilidad de poder tomar decisiones en tiempo real, directamente asociadas a los consumos y a las opiniones concretas que los usuarios expresan continuamente: esto abre un mundo de posibilidades para la economía.

 

Llegamos a un punto de desarrollo en el cual las personas deciden constantemente sobre diferentes cuestiones relacionadas a su vida personal y profesional que van desde elegir qué fotos comparten en las redes sociales hasta determinar qué trámites y compras realizan por internet. Esta situación en la que estamos inmersos también incide en  las empresas y en los gobiernos. La novedad radica en el hecho que tenemos al alcance de la mano la tecnología necesaria para procesar todos los datos que se generan a partir de la constante toma de decisiones.

 

Actualmente existen  herramientas de Big data que permiten analizar los grandes volúmenes de datos que circulan en tiempo real. Aunque su implementación en América latina se encuentra en una etapa exploratoria, cada vez son más las empresas que se animan a descubrir sus ventajas. En un futuro no muy lejano, gracias al Big data toda la información que circula se podrá procesar en tiempo real, lo que traerá  consecuencias importantes para la gestión política y económica,  ya que se podrá analizar el impacto de las diferentes medidas en tiempo real.

 

Toda esta información permitirá experimentar nuevas políticas o tecnologías, así como  también detectar problemas,  inconformidades y aquello que no funciona correctamente de manera más rápida, para aplicar eventuales soluciones. El reto del Big data es poder procesar e interpretar de forma adecuada toda la información que circula para que los gobiernos y empresas  puedan hacer un uso adecuado de estas herramientas y poder  trasladarlo a una gestión más eficiente.