Descubren que la galaxia Andrómeda ejerce el 'canibalismo galáctico'

Un estudio de la revista británica Nature confirma que la galaxia Andrómeda ha absorbido restos de otras galaxias enanas, lo que confirmaría el modelo de crecimiento de las galaxias por “canibalismo”.

Los astrónomos sospechaban desde hacía tiempo que Andrómeda era un depredador espacial que se engullía las galaxias enanas que se acercaban demasiado. Ahora, los detectives cósmicos están inspeccionando el vecindario y tienen pruebas del pasado sórdido de Andrómeda: han divisado restos de su banquete espacial.

Explicaron que esto “confirma directamente los principios de base del modelo jerárquico de formación de las galaxias” por incorporación de otras más pequeñas.

“Hemos detectado estrellas y estructuras que son casi con toda certeza restos de galaxias enanas destruidas por los efectos de las mareas de M31” o Andrómeda, según explicó el equipo de Alan McConnachie del Instituto de Astrofísica NRC Herzberg de Canadá.

Este equipo internacional de astrónomos utilizó el telescopio Canadá-Francia-Hawai para escrutar los alrededores de Andrómeda, situada a unos 2,5 millones de años luz de la Vía Láctea, nuestra galaxia.

Así, los expertos descubrieron que en una vasta zona alrededor del conocido disco de Andrómeda, existieron estrellas que no pudieron formarse por la falta de una densidad suficiente de gas para engendrarlas. De ahí la idea de que procedan de galaxias enanas absorbidas por Andrómeda, muchas de ellas aún por detectar.

La futura víctima principal de Andrómeda es una galaxia enana que la circunda llamada Triangulum.

Con el tiempo, en unos tres mil millones de años, Triangulum, que alguna vez se acercó imprudentemente a Andrómeda y fue despojada de algunas estrellas, será engullida, dijo el coautor del estudio John Dubinski.

La Vía Láctea y Andrómeda se dirigen una hacia la otra a una velocidad de unos 120 kilómetros (75 millas) por segundo. Pero están tan lejos que el gran impacto está a miles de millones de años de distancia. Y aun ese encuentro no significará más que la recomposición del elenco estelar en el cielo o la creación de una galaxia gigantesca, concluyó McConnachie.