IPv6: El nuevo orden mundial de Internet / Por: Jose Luis de Abreu, Director de Tecnología, Juniper Networks Latinoamérica y Caribe
Jose Luis de Abreu, Director de Tecnología, Juniper Networks Latinoamérica y Caribe |
El 2012 es el año de los cambios. Se han anunciado transformaciones radicales de toda índole, y a pesar que suene alarmista y se comiencen a atar cabos respecto a las presuntas profecías mayas, algunas cosas sí van a llegar a su fin. Es el caso de las direcciones IPv4, protocolo comúnmente utilizado como base fundacional en la mayor parte de las comunicaciones vía Internet alrededor del mundo.
Básicamente IP son las siglas de “Internet Protocol”, una etiqueta numérica que identifica, de manera única, lógica y jerárquica, a un elemento de comunicación dentro de una red.
El inminente agotamiento de estas direcciones, depende del aprovechamiento que hacen las empresas que han comprado espacio IPv4 que en ocasiones no es usado, o no es actualizado con nuevos contenidos, y de la enorme cantidad de sitios que aparecen diariamente. De todas formas, este protocolo tiene limitaciones propias y permanentes en la calidad del servicio de Internet, la seguridad y las aplicaciones móviles.
La solución a lo anterior ha sido crear un nuevo protocolo para las direcciones en Internet: el IPv6, que además de ofrecer un nuevo rango de direcciones, posee un diseño que permite una conectividad óptima de los móviles a las nuevas aplicaciones y de una mayor seguridad intrínseca.
IPv6 ofrece un rango de direcciones muchísimo mayor que su versión anterior. Por ejemplo, IPv4 soporta 4.294.967.296 direcciones de red, un número pequeño cuando se necesita otorgar a cada computador, teléfono, PDA, vehículo, entre otros. Mientras que el IPv6 soporta 340 sextillones de direcciones de red.
Pero quizás las principales características del IPv6 se sintetizan en la mayor seguridad, autoconfiguración y movilidad. Esta última es una de las más importantes, dado que posibilita la conexión y desconexión de un dispositivo a este tipo de redes, permitiendo viajar sin necesitad de otra aplicación para realizar este proceso.
Además, el IPv6 incluye IPsec o Seguridad Integrada, que permite autentificación y encriptación del propio protocolo base, de forma que todas las aplicaciones se pueden beneficiar de ello. Por otra parte, asegura capacidad de ampliación y calidad del servicio.
El desafío resulta entonces, conseguir la manera que la transición entre un protocolo y otro, sea la más eficientemente posible, tomando en cuenta que la mayoría de las aplicaciones sólo funcionan en un entorno IPv4.
Es imperativo que los proveedores de servicio entreguen una especie de puente, de forma que los usuarios finales puedan continuar accediendo al contenido y aplicaciones de las cuales dependen, después de que se haya completado la migración a IPv6.
Podríamos decir que en materia de tecnología no existe el fin del mundo. Si podemos hablar de un cambio del orden mundial de Internet, que será resuelto en la medida que las organizaciones tengan la capacidad de desarrollar estrategias de transición con el propósito de adoptar IPv6 dentro de sus redes.