Social Business: más que una red social, un mecanismo estratégico / Por: Pablo Massis, Country Manager de Soluciones Orión

Pablo Massis 1 bHace algo más de 10 años, las empresas debieron incorporar un gran cambio en la forma de trabajar: Internet llegó a ser parte de su cotidianidad y herramientas como el correo electrónico, sistema de gestión de recursos en línea o importantes sistemas financieros o contables de las compañías se volvieron vitales para su funcionamiento. Hoy la transformación continúa y se profundiza.

 

Así cómo Internet cambió para siempre la forma de hacer negocios y de comunicarnos, las redes sociales están redefiniendo la vida y el relacionamiento entre personas, empresas, instituciones, gobiernos y más. Ejemplo directo de esto es el nuevo estilo de comunicarse de la nueva generación, quienes sólo utilizan el correo electrónico para temas específicos -más bien impulsados por la anterior generación, profesores y padres aun lo exigen-. Sin embargo, la realidad con sus pares es absolutamente distinta: las redes sociales forman parte de su ADN y a través de ellas se informan, se comunican, se interrelacionan, comparten archivos y documentos diversos, coordinan actividades y eventos. Aún más, se ha generado un fenómeno global de incalculable impacto. Hoy, las redes sociales son utilizadas como elemento de política y sensibilización viral.

 

Esto significa que a través de las redes se articulan mecanismos de información y sensibilización de diversas temáticas, capaces de generar movimientos sociales, cambios de gobiernos y convocar manifestaciones, entre otras posibilidades y alcances. Hoy no existe un político moderno que excluya esta poderosa arma de su arsenal electoral.

 

Muchos dicen, que probablemente estas redes sustituirán prontamente al correo electrónico. Y éste es sólo un ejemplo de lo que podrán hacer en la compañía. A medida que la empresa busca incorporar estas nuevas tecnologías a su día a día, ya está haciendo lo que se ha denominado Social Business.

 

Social Business es un proceso parecido al que vivimos con la llegada de Internet e implica una transformación total de la empresa.

 

El impacto es claro y llega incluso a redefinir las maneras de “hacer”. Surgen enormes desafíos en esta nueva manera, pero también enormes oportunidades. Las sinergias generadas, la colaboración real, la viralización de conocimiento y tendencias, la integración con colaboradores, clientes y proveedores, la generación de nuevos canales comerciales y comunicacionales son sólo algunas de las que son fácilmente percibibles.

 

Como vemos la potencia de las redes sociales tiene alcance global y cruza a la sociedad en todas sus verticales: comunitarias, empresariales y gubernamentales, además de ser un modelo de negocio interesantísimo en sí mismo. Como ejemplo  de esto algunos de los nombres más prestigiosos, como Facebook, Google+, LinkedIn, Twitter y Hi5, entre muchas otras.

 

Entendiendo lo anterior, las empresas que logran implementar integralmente las herramientas sociales, podrán obtener enormes beneficios y marcarán una profunda diferenciación con el resto. La diferenciación estratégica puede provenir de esta nueva fuente de valor y traducirse en valor para los clientes, productos, procesos, canales, branding, gestión de proveedores y canales, entre otras posibilidades.

 

El “Social Business” no se conforma con una página en Facebook y una cuenta de Twitter. Una empresa social deberá adoptar y sembrar un espíritu de colaboración y comunidad en toda su organización, tanto interna como externamente. Esto quiere decir que cada departamento de la compañía, desde Recursos Humanos, Servicio al Cliente o Marketing, por decir algunos, deberá usar los medios sociales fluidamente, de la misma forma que usa otras herramientas para realizar su trabajo diario.  

 

Una empresa social es aquella en la que las nuevas tecnologías construyen equipos colaborativos y conectados tanto dentro de la compañía, como fuera de ella. Permite conectar a las personas, tanto clientes como empleados, para que se comprometan de manera eficiente y productiva. Además, una Social Business permite alinear las acciones de la empresa para poder obtener resultados más rápidos, efectivos y rentables.

 

Por ejemplo, una empresa social podrá compartir contenidos importantes y atractivos a los clientes en tiempo real y obtener feedback al respecto; podrá ahorrar tiempo y costos potenciando la autoatención, teniendo en cuenta que tendrán toda la información disponible. Internamente, se transformará la cultura corporativa, al ser un modelo más transparente y abierto; a la vez que  fomentará el liderazgo y el desarrollo de nuevos talentos.

 

            Atrás ha quedado la era industrial, donde sólo importaba el metro cuadrado de cada negocio. Hoy vivimos en un contexto de redes, vertiginoso, rápido, donde estar disponible es prácticamente una obligación. El Social Business otorga conexión, rapidez, transparencia, efectividad en las acciones de la empresa, pero por sobre todo, agrega valor real.

 

Las limitantes geográficas, los conceptos estáticos, son parte del pasado que evoluciona en esta nueva fuente de comunicación y relacionamiento.

 

            Ya está claro que una nueva forma de trabajo se está instalando en las organizaciones. Y es que el que no comienza pronto a adoptar las prácticas del Social Business, perderá valor y competitividad. Si su organización no está caminando con esta potente fuente de transformación, negocios y valor, “cuidado”,  tal vez su competencia sí.